Los computadores de la noche

“Los computadores de la noche” (1972) de MARIO CARREÑO. Serigrafía, 72 x 107 cm

Mario Carreño (1913- 1999) nació en Cuba dónde se inició como artista estudiando en la Academia de San Alejandro en la Habana para luego trasladarse a Madrid y continuar sus estudios en la Academia de San Fernando. El estallido de la Guerra Civil lo obligó a terminar sus estudios en México siendo atraído e influenciado por el muralismo. Vivió casi 10 años en Nueva York, donde ejerció como profesor de la New School for Social Research y expuso en instituciones como el MoMA. Su relación con Chile comenzó gracias a su amistad con Pablo Neruda, radicándose en nuestro país a fines de los años 50 y convirtiéndose en uno de los más destacados artistas de la escena nacional.

La obra de Carreño instala un universo latinoamericanista capaz de abordar la identidad de un continente a la vez que profundizar en las problemáticas específicas de las que fue testigo. Supo integrar influencias venidas de diferentes lugares en obras donde es posible observar a un artista preciso, de gran oficio técnico y evidentes referencias clásicas, que reflejan su admiración por la pintura de la Escuela Italiana del Renacimiento. Si bien durante cierto periodo se fascinó por la abstracción más pura y el arte geométrico, la que incorporó a su obra, su compromiso con los conflictos sociales y políticos que amenazan la paz mundial, le hicieron sentir que la abstracción era insuficiente para representar su preocupación por el destino del hombre contemporáneo, por lo que vuelve a la figuración.

Obras como “Los computadores de la noche” incorporan tanto elementos de la geometría y la abstracción, como de la figuración y forma parte de un periodo en que su trabajo se ve especialmente influenciado por el paisaje chileno y por las mujeres de los mascarones de proa de la colección de Neruda.

Recibió el Premio Nacional de Arte en 1982.