La muestra colectiva “En Blanco” de la Colección MAVI se presenta en la Sala de Arte de la Universidad Mayor de Temuco. El tema central de la exhibición es el color blanco, que está presente en todas las obras expuestas, la paleta de colores es el blanco y sus sombras, y grises que van creciendo en la oscuridad hasta el negro.
En distintas épocas y tendencias, diversos artistas han implementado esta supresión de colores para realzar, simbolizar u otorgar un significado específico a sus obras.
El blanco ha simbolizado desde la censura en la edad media, cuando el color era una especie de fruta prohibida por cuestiones religiosas, hasta la pureza reflejada en ciertos atuendos, pasando por los conceptos de neutralidad, de luz, de paz, de absoluto.
En la corriente minimalista, el color blanco o la ausencia de color enfatiza la austeridad y falta de elementos que distraigan sobre lo esencial, logrando que se destaquen texturas, materiales y volúmenes.
“Un sin número de pintores crean a partir del blanco como base sobre la cual ir sumando o restando colores, buscando medida y luminosidad. El blanco otorga a la pintura cierta ligereza y sugiere simplicidad ayudando a la composición dentro de la tela”, señala María Irene Alcalde, curadora del MAVI, quien se ha ocupado personalmente de esta muestra de la Colección del Museo.
A la luz de estas claves los invitamos a revisar esta selección de obras de la colección MAVI, que han logrado un sólido equilibrio mediante la utilización del blanco como color predominante.
“Coreografía” (2011) de JOHANNA UNZUETA. Instalación, fieltro alemán de 3 mm y costura a mano, 17 x 15 x 10 c/u
Johanna Unzueta (1974) trabaja la instalación, la escultura, el video y el dibujo. Estudió arte en la Universidad Católica de Chile y se radica en Nueva York a principios de 2000, donde actualmente vive y trabaja. Su obra tiene como referencia la arquitectura, así como los objetos y elementos industriales, en tanto refieren al progreso y el desarrollo humano.
Se trata en general de objetos escogidos por su estatuto, objetos que desaparecen en su utilidad cotidiana (tuberías, carretillas, palas, bisagras, cadenas, hachas, entre otros), pero son puestos en tensión con una materialidad y proceso de elaboración específico vinculado a lo artesanal. Trabajando principalmente con fieltro 100% natural (utilizando también materiales tales como tela, madera y otros elementos naturales), la artista se interesa por la noción del uso y la escala corporal humana en su proceso de identificación y de traducción. Los objetos son así escogidos, destacados y releídos tanto desde la perspectiva simbólica como objetual misma.
En su confección, vemos un rescate que busca tensionar la noción del trabajo: resaltados por medio del color y sometidos a juegos de escala, estos productos de la producción industrial, vuelven a nosotros por medio de la confección manual, lo que permite la transmisión de una sensibilidad material que acerca su práctica a la artesanía. La operación se ejerce también en sus trabajos bidimensionales, donde las formas aparecen elaboradas a partir de acciones como el teñido.