
Curadora: María Berríos
Curadora adjunta: Amalia Cross
De primera mano –y en primera persona– los cuadernos de Alberto Cruz dan cuenta de su peculiar metodología de observación, una manera de pensar, enseñar, aprender y crear. Un lenguaje que es al mismo tiempo palabra y dibujo. La exposición, a cargo de la curadora María Berríos, presenta por primera vez los cuadernos inéditos de Alberto Cruz, que durante toda una vida fueron su laboratorio personal de experimentación y desarrollo de esta metodología, un archivo íntimo de su manera de recorrer, investigar y hacer mundo. Esto junto a otros documentos y ejercicios gráficos de su archivo personal que dan cuenta de facetas poco conocidas de Alberto Cruz y de cómo él re-significó lo que puede ser un arquitecto, a través de su propia experiencia.
Los papeles de Alberto Cruz están atravesados por su obra colectiva, aquella revolución de la arquitectura conocida internacionalmente como la Escuela de Valparaíso, cuyo legado vivo permanece en la Escuela de Arquitectura que re-fundó, el grupo Amereida y la Ciudad Abierta. Fue en esa experiencia de “unidad de vida, trabajo y estudio”, a la que dedicó toda una vida, en que se fundamenta la pedagogía radical que Alberto Cruz desarrolló durante más de medio siglo. Para él la vida (y la arquitectura) no se puede aprender en las aulas, sino saliendo al mundo a recorrerlo.
En su deambular cotidiano Cruz llevaba consigo –al menos– tres cuadernos, hoy existen más de 2000 cuadernos escritos, rescritos, tachados, dibujados y desdibujados por él entre 1934 y 2013. Un fragmento de ellos constituyen el pulso de esta exposición que propone un recorrido, entre múltiples posibles, para explorar su obra. Esta, al igual que sus cuadernos, es continua, abierta e inconclusa, única, múltiple y, en su conjunto, posee la extensión de una sola frase sin comienzo ni fin. Constituye así “una escritura de la simultaneidad”, el modo en que Alberto Cruz definió el dibujo.